Loínos subieron hasta la cúspide del volcán Paniri y comprobaron la existencia de tres lagunas

Por cerca de 8 años, un grupo de pobladores miró a lo lejos y expectantes el conocido volcán Paniri, que está alado del santuario de Ayquina, que queda a solo 70 kilómetros de Calama. Se prepararon y de una comitiva de 20, solo siete llegaron hasta la punta. Una hazaña que los dejó felices, ya que no solo cumplieron con sus expectativas, también ratificaron que leyendas que les contaron sus abuelos eran ciertas.

“Nos contaban que en la cumbre había una casa y un árbol. Cuando lo intentamos por primera vez, fue el 2009, subimos por el lado norte, no vimos nada solo un fuerte olor azufre. Dos años más tarde llegamos un poco más arriba y a lo lejos vimos la casa. Ahora que lo logramos, logramos entrar a ella, además de eso, comprobamos la existencia de una laguna colorada, una verde y otra cristalina, que no son conocidas”, indicó René Paniri, uno de los que subió hasta la cúspide de este volcán.

René es uno de los que empezó esta travesía, el cerro lleva su apellido, ya que él es descendiente de la familia del mismo héroe y ancestro atacameño Tomas Paniri. El líder fue quién defendió a su pueblo contra la conquista española y desde ese momento, tanto para Ayquina como Calama, es uno de los grandes.

“Yo empecé a publicar fotos, de mis subidas al Paniri y desde ese primer día, aparecieron muchos interesados. Fue así que pasó el tiempo y empezamos a intentarlo. Para mi tiene mucho significado, porque además de eso, logramos subirlo con mis hijos”, agregó Paniri.

Llegaron hasta los 4 mil metros sobre el nivel del mar en vehículos y luego siguieron avanzando a pie. Tardaron tres días en total para llegar hasta la cúspide máxima, cercana a los 6 mil metros sobre el nivel del mar. Fueron lentamente llegando, a esa altura muchos volvieron y solo 7 lo lograron, entre ellos René con sus hijos.

“Conclusión el Paniri cuenta con tres lagunas. La roja es por la sangre que derramó nuestro líder Tomas Paniri por luchar contra la injusticia de esa época por los españoles. La verde es por el color de la vida la esperanza de los pueblos andinos y la cristalina es la pureza es la fuente de la vida”, explicó el desendiente del líder atacameño.

A esa altura se observa a la laguna Inka, la Troja, además una casa de pura piedra con una pequeña plazoleta. Un grupo que contiene aventureros de Ayquina, Toconao, Calama e incluso de Antofagasta. Una hazaña que sin duda no olvidarán jamás, ya que comprobaron que las leyendas eran ciertas y dejaron abierta la posibilidad que muchos otros lo intenten.