Los mineros del litio están recortando costes y reduciendo sus planes de expansión de producción tras la ralentización de la demanda de vehículos eléctricos en China, que ha hundido el precio de este metal para baterías.
El precio del litio se ha desplomado más de un 80% en el último año, hasta los US$ 13.200 por tonelada, su nivel más bajo desde 2020, después de que el mercado sufriera un exceso de oferta, según el grupo de datos Benchmark Mineral Intelligence.
La caída ha empujado a las mineras, principalmente en Australia que produce el 40% de los suministros mundiales, a restringir la producción a medida que la desaceleración de la demanda de vehículos eléctricos deja reservas de material a medio procesar a través de la cadena de suministro.
"Estamos atravesando un periodo en el que se han puesto en marcha demasiados proyectos nuevos en muy poco tiempo", afirma William Adams, responsable de investigación de mercados de materias primas de Fastmarkets, agencia de información sobre precios. "Acabamos de empezar a ver el retroceso", concluyó.
Aunque el litio no ha caído tanto como en 2019-2020, cuando tocó un mínimo de unos US$ 6 mil por tonelada, la rentabilidad de muchos productores está al límite en los niveles actuales.
Goldman Sachs estima un excedente de 200 mil toneladas de carbonato de litio equivalente, o bien el 17% de la demanda mundial, este año, lo que requerirá "recortes sustanciales de la oferta" para equilibrar el mercado.
Pero políticos y ejecutivos australianos temen que sean las mineras de su país las más expuestas a la inesperada velocidad y profundidad del declive del litio, después de que sus proyectos fueran los primeros en sentir sus efectos.
El miércoles, Pilbara Minerals, una de las principales empresas del sector australiano del litio, con un valor de mercado de 10 mil millones de dólares australianos, advirtió de que no pagaría dividendos en el primer semestre tras la caída del 46% de sus ingresos en los tres meses anteriores a diciembre, debido a la volatilidad del precio del litio.
A principios de esta semana, Liontown Resources se vio obligada a cancelar inesperadamente un préstamo de 760 millones de dólares australianos acordado para poner en producción su primer proyecto, llamado Kathleen Valley, debido a la caída del precio del litio. El paquete de préstamos para Kathleen Valley, la cual se convertirá en una de las mayores minas de litio del mundo, estaba supeditado a una previsión anterior de precios más altos.
El grupo, respaldado por la persona más rica de Australia, Gina Rinehart, está revisando la expansión de su mina y luchando por conseguir un préstamo menor después de que sus acciones se desplomaran en una quinta parte, valorando la empresa en menos de US$ 1.450 millones.
Albemarle, una de las mayores empresas de litio del mundo, ha previsto que los gastos de capital de este 2024 se reduzcan a US$ 1.600 millones, frente a los US$ 2.100 millones de 2023, para conservar efectivo. También, planea recortar puestos de trabajo y US$ 95 millones de costos anuales.
Core Lithium, que opera en el Territorio Septentrional de Australia, declaró este mes que había dejado de extraer y que iba a depreciar el valor de sus activos, ya que, debido al desplome de los precios, había pasado a limitarse a procesar el mineral almacenado.
Las prisas por frenar una posible avalancha de nuevos suministros en el mercado se producen en un momento en el que los fabricantes ya están luchando por desplazar la acumulación de litio en las cadenas de suministro mundiales. En particular, las ventas de vehículos eléctricos se han enfriado en China, el mayor mercado del mundo, y los fabricantes de automóviles advierten de un "baño de sangre" por las guerras de descuentos en modelos eléctricos poco rentables.
Las ventas de vehículos totalmente eléctricos aumentaron un 84% hasta 5,4 millones de unidades en 2022, pero los datos preliminares sugieren que el crecimiento del año pasado fue sólo del 25%, según datos oficiales chinos.
La ministra australiana de Minas, Madeleine King, se reunió el 18 de enero con los responsables del sector para debatir un "plan urgente" destinado a enfrentar el impacto en los mineros locales del desplome de los precios del litio y también del níquel, que cayó un 43% el año pasado por problemas de exceso de oferta.
"Las materias primas atraviesan tradicionalmente ciclos naturales y cíclicos de auge y caída, pero el posible impacto prolongado que esto podría tener en la transición energética de Australia, la mano de obra local y el desarrollo del sector minero australiano es motivo de gran preocupación", declaró en un comunicado.
Los analistas han pronosticado que China podría aprovechar la recesión para ampliar su cuota y su control estratégico en el mercado mundial del litio.
El productor chino Ganfeng Lithium acordó la semana pasada casi duplicar sus compras de concentrado de espodumena, mineral del que se puede extraer litio, en los próximos tres años a Pilbara.
Algunos productores chinos de lepidolita, fuente de litio de baja calidad y alto coste, han reducido su producción, pero no tanto como se esperaba, según CRU Group, otra empresa de datos sobre materias primas. Las nuevas explotaciones africanas de empresas chinas tampoco son rentables, pero se están tomando menos medidas correctoras, según CRU Group y Fastmarkets.
"China verá en el retroceso de los precios una oportunidad para reclamar más terreno en el mercado", afirma Adams. "Si nos fijamos en los enormes aumentos de precios en 2021 y 2022 para el litio, China logró reaccionar muy rápidamente".
Martin Jackson, jefe de materias primas de baterías en CRU Group, dijo que era sorprendente que muchos grandes productores occidentales estuvieran recortando el gasto, ya que dirigen algunas de las operaciones de menor costo de la industria.
Sin embargo, afirmó que algunos posibles productores tenían expectativas "poco realistas" de los precios futuros a partir de los estudios que son cruciales para asegurar la financiación.
Lake Resources, que planea explotar el yacimiento de Kachi en Argentina, utilizó un precio a largo plazo de US$31.000 por tonelada.
Y mientras el mercado lidia con los bajos precios, los analistas señalan que el litio sigue siendo un mercado inmaduro y naciente, propenso a periodos volátiles.
"Los balances del litio son sensibles a pequeños cambios en la demanda o en el crecimiento de la oferta, por lo que el mercado es susceptible de sufrir una mayor volatilidad de precios", afirman los analistas de Citi. "Una reacción de la oferta al actual entorno de precios más bajos podría preparar al mercado para un repunte en la segunda mitad de 2024".