La presidenta del PS durante la reunión del Comité Central envió un mensaje al mundo empresarial en torno a impulsar una agenda productiva y de crecimiento. Pero con un fuerte guiño a la compañía envuelta en el escándalo político y ahora conocida por sus aportes legales y supuestamente irregulares a campañas de la hoy Nueva Mayoría
En su discurso a propósito de la reunión del Comité Central del Partido Socialista, realizado ayer, Isabel Allende, presidenta de la colectividad, envió diversas señales. La primera, evidentemente política, fue de lealtad hacia el gobierno de Michelle Bachelet, a pesar de la autocrítica respecto de que el proyecto del gobierno pasaba por un "momento de debilidad".
La segunda fue un mensaje al Ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, cuestionado desde algunas voces oficialistas particularmente por la gestión de recursos que implica el retraso en la construcción de hospitales.
"Desde ya le entregamos nuestro respaldo, para que lleve adelante sus tareas que implican construir confianzas en los agentes económicos y desarrollar una agenda proactiva en materia de fomento de la inversión y del crecimiento”, aseguró Allende según consigna La Tercera.
La tercera señal fue al mundo empresarial pero sutilmente dirigida hacia la minera SQM.
“Debemos impedir que la desaceleración económica o la falta de inversión se traduzca en pérdida de empleos o menor protección social. Pensamos que es un momento para una fuerte inversión pública, junto con incentivar la inversión privada y desarrollar formas innovadoras para fortalecer la alianza público-privada, que nos permita trabajar en ámbitos hasta ahora no explorados, como el caso del litio”, afirmó la senadora socialista.
En efecto,SQM enfrenta días clave para su gestión, golpeada por el escándalo de boletas falsas con la que se financiaron aportes políticos de amplio espectro. La compañía se encuentra en un proceso de arbitraje con la CORFO y según informó El Mostrador, la agencia estatal tiene decidido poner término al contrato mediante el cual arrienda casi 30 mil pertenencias mineras a SQM que gracias a este acuerdo explota el 75% de su producción, que incluye entre otros minerales cloruro de potasio, ácido bórico y productos de litio.
El convenio data de 1993 y duraría hasta 2030. Pero Corfo se mantiene en litigio con la minera por lo que acusa como incumplimiento del contrato y la inestabilidad en su gobierno corporativo a partir del escándalo de financiamiento irregular, también sería una de las razones esgrimidas.
Pero también son insoslayables los aportes de SQM por la vía legal y también supuestamente irregular a campañas de la Nueva Mayoría. Por eso, el mensaje de Isabel Allende se lee al menos como un gesto de buena voluntad hacia la empresa.
Al menos Allende con amplia experiencia política sabe comunicar con sutileza y elegancia. Ha tenido una relación de larga data en esta materia con Enrique Correa, quien en otras oportunidades la ha asesorado comunicacionalmente, más que desde su empresa Imaginacción, desde el ámbito personal en consideración a su arriagada pertenencia socialista.
Aunque actualmente no lo hace. Correa está ocupado en otras cosas entre ellas asesorar en algunos aspectos al ex Ministro del Interior Rodrigo Peñailillo, quien como se sabe tuvo una relación con SQM a través de la empresa de Giorgio Martelli, que recibió recursos de la minera para pagar su mantención antes de la campaña de Bachelet en 2013. Si bien en La Moneda desmintieron haberlo investigado, existen sospechas de que Peñailillo pudo haber hecho gestiones para intentar influir a favor de la empresa que controla Julio Ponce, para mejorar su posición en la política del litio. La empresa no hasta antes que estallara el escándalo era asesorada por la consultora de Enrique Correa