Codelco entrega libro que rescata valor arqueológico del "Gigante de Talabre"

HISTORIA. En el geoglifo, ubicado en el borde suroeste del salar, destaca la figura central del también llamado "Gigante de Calama", que tendría una antigüedad que data de 1.500 a.C. a 500 años d.C.

Envie este Recorte Version de impresion de este Reportaje Publicado el 26 de junio de 2024 Visto 369 veces
EN EL PROCESO DE RESTAURACIÓN PARTICIPARON COMUNIDADES DE CALAMA, JUNTO A ARQUEÓLOGOS, ANTROPÓLOGOS Y MONITORES AMBIENTALES

Un libro que rescata el geoglifo de Talabre y su proceso de restauración y puesta en valor, fue entregado ayer por Codelco. Proceso en que se involucraron directamente representantes de las comunidades originarias de Calama, Chiu Chiu, Lasana y Chunchuri, y un completo equipo de profesionales.

El trabajo, que recoge un levantamiento histórico de las rutas caravaneras de la zona, así como del proceso de restauración del geoglifo, será difundido a través de 2 mil copias del libro que serán repartidas en bibliotecas escolares, organizaciones sociales, comunidades y entre trabajadores.

Geoglifo de Talabre

El geoglifo se ubica en el borde suroeste del Salar de Talabre, dentro del área del Proyecto RT Sulfuros de la división Radomiro Tomic de Codelco, específicamente en el sector sur del muro del Tranque de Relaves de Talabre. Un lugar que es considerado la entrada al Alto Loa y que tiene una connotación tutelar-ceremonial para los pueblos originarios.

Este geoglifo se caracteriza por presentar tres figuras antropomorfas localizadas en la parte más alta de la ladera sur del cerro, donde se emplaza, elaboradas mediante técnica mixta (combinando despeje del área con adición de rocas). Dado el tipo de trazado, la forma constructiva de los motivos y la iconografía presente en los motivos que componen el geoglifo, se ha establecido que su elaboración podría corresponder al Período Formativo, es decir, 1.500 a.C. y 500 años d.C. de antigüedad.

La figura antropomorfa central de 16,6 x 11 metros, presenta mayor dimensión que los motivos laterales, y se encuentra elaborada mediante técnica mixta. La totalidad del área interior del cuerpo (cabeza, tronco y extremidades) se define mediante el despeje de la superficie del suelo, (técnica subtractiva), exponiendo un sedimento más claro que contrasta con las rocas del color oscuro. En los contornos del motivo, especialmente en la cabeza y parte inferior de la vestimenta, se aprecia una acumulación lineal de rocas que delimitan parcialmente los contornos.

La figura presenta una actitud dinámica caracterizada por sus brazos flectados en forma de "v" y separados del cuerpo. El antebrazo izquierdo se distingue parcialmente producto de las huellas vehiculares. Tanto la cabeza, tronco y brazos se representan de manera frontal, mientras que las piernas y pies se dibujan de perfil, con dirección hacia la izquierda. La extremidad izquierda también ha sido alterada por el paso vehicular. Se evidencia la ausencia de cuello, como nexo entre la cabeza y el cuerpo. La separación está demarcada por una acumulación lineal de piedras. El personaje se encuentra ataviado con una túnica de perfil cóncavo (8,40 metros de largo y un ancho de 6,3 metros en su base). Es el motivo que presenta mejor estado de conservación.

"Estamos frente al Gigante de Calama, un geoglifo de gran dimensión, que da la entrada al territorio del Alto Loa, ruta que era de caravaneros y, por lo tanto, es de enorme importancia para las personas indígenas, ya que somos los continuadores de la cultura y tenemos la tarea de reconstruir el pasado".

"Este geoglifo, a través de los distintos proyectos, fue restaurado, cercado y protegido, lo que nos permitirá conservarlo para las próximas generaciones y su riqueza debe ser difundida y propagada para que sea conocida y valorada , y este libro será ese camino, que es el fruto de una alianza y diálogo".

"El libro consideró un levantamiento histórico de las rutas caravaneras, registro de las labores de conservación de los geoglifos y su puesta en valor. Los 2 mil textos impresos serán distribuidos en bibliotecas públicas, el área de Educación de Comdes, organizaciones y comunidades para su difusión".

"Lo primero que se hizo fue la puesta en valor del Gigante de Talabre, que estaba afectado por huellas de vehículos, y a través de un trabajo con arqueólogos, antropólogos y monitores ambientales se hizo un proceso de restauración, utilizando técnicas científicas y del conocimiento de la comunidad".



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