Proyecto postergado y falta de más control

Las obras del nuevo museo de San Pedro está paralizadas y podrían reanudarse recién el año 2020. Habrá que realizar nuevos esfuerzos para sacar adelante este proyecto que busca resguardar y conservar valiosas piezas arqueológicas de la zona de San Pedro de Atacama.
Otro proyecto más que en la provincia de El Loa queda a medio camino. Esta vez fue en San Pedro de Atacama con la construcción del Museo de esa localidad, que iba a reemplazar al viejo edificio que utilizaba el padre Gustavo Le Paige.

Los primeros conflictos se originaron el 2016 cuando la constructora no quiso continuar con las obra porque un paño del terreno, en ese entonces, era de un particular. Ahora deberán esperar el largo camino del rediseño del proyecto, aprobarlo y licitar los trabajos, junto con encarecer la iniciativa de 8 mil a 15 mil millones.

Inmediatamente vienen a la memoria varias iniciativas que han pasado por el mismo calvario de quedar paralizadas, retomarlas y tras varios años reiniciar el proceso de conclusión del proyecto.

Esta tarea se realizó en sus inicios entre el Municipio y la UCN con fondos FNDR, y en la actualidad lo coordina la Subsecretaría de Desarrollo Regional, Subdere, para definir los próximos pasos a seguir y a qué unidad ejecutora lo entregará, y que podría ser la Dirección de Arquitectura del MOP.

La aprobación de los recursos se realizaron en agosto del 2013 y el inicio del contrato comenzó en junio del 2014 con un plazo de 795 días para sus ejecución, comenzando con el traslados de las piezas del museo a un lugar más seguro. Y en septiembre del 2016 la municipalidad puso término anticipado al contrato con la empresa constructora que no quiso seguir con las obras que llevaban un ocho por ciento de avance.

Resulta lamentable que algunas obras que se realizan en nuestra provincia se encuentren con escollos que impiden su realización tanto en los plazos estipulados como en los montos acordados.

Este debiera ser un tema de análisis por parte del gobierno, porque hay que considerar que generalmente son fondos del FNDR que se consiguen con gran esfuerzo y postergando otras iniciativas.

Las fiscalizaciones y controles estatales debieran ser más exhaustivos para evitar estos dolores de cabeza y decepción en la comunidad.