"Había taco desde Valparaíso hasta llegar a Viña, pero después, entre Viña y Reñaca la congestión era monstruosa", explica María Jesús Silva, ingeniera comercial que ha sufrido, como miles de turistas, los efectos de la congestión vehicular que en verano se traslada a los principales balnearios del país. A la excesiva cantidad de vehículos se suman trabajos en caminos, los que solo se pueden realizar cuando menos llueve.
Viña y Reñaca sufren por sus vías estrechas, mientras que la congestión en Concón se explica por la remodelación de su conocida rotonda, la que conecta con otros balnearios.
Otro balneario que también sufre los efectos de la masiva presencia de turistas y vehículos es Pucón, en la Región de La Araucanía. Allí, la situación llegó a tal nivel que el municipio tuvo que tomar medidas atípicas, mientras espera el desarrollo de obras viales. "Tenemos buses de acercamiento que conectan los sectores más alejados con el centro. También instalamos un sistema de préstamos gratuito de bicicletas", dice Carlos Barra, alcalde del balneario.
"El crecimiento fue acelerado y nadie vio venir esto. Simplemente, se escapó de las manos y las autoridades están tomando medidas hoy, las que debieran haber resuelto hace 10 años", añade el edil.
En el balneario de Bahía Inglesa se registra una situación idéntica: poco espacio para los autos y los visitantes. La alcaldesa de Caldera, Brunilda González, explicó que para enfrentar esta situación han tenido que desarrollar una mayor cantidad de fiscalizaciones, para evitar que las personas se estacionen sobre las veredas o en las salidas de vehículos de las viviendas. "Todo el mundo quiere llegar a la playa en vehículo", dijo la edil.
En la conurbación La Serena-Coquimbo se registra la saturación de la Ruta 5, que une ambas ciudades, en donde se mezclan los autos de los turistas con los camiones que van hacia el norte o el sur.
Escaso respeto
En San Pedro de Atacama, aparte del problema de la basura que generan los visitantes, está el poco respeto por el ecosistema. Por ello, una comunidad indígena quiere restringir el acceso a la laguna Tebequinche después de que se encontró un auto en el fondo de la laguna. Según Jorge Álvarez, presidente de la comunidad atacameña Ojos del Salar, se han reportado daños de gran magnitud y "ahora queremos actuar, porque después nadie se hace responsable", explica.