Sindicato de Trabajadores de ALMA
Debido a la paralización de las observaciones científicas del radiotelescopio ALMA, el mayor del mundo, tras cuatro días de huelga de sus trabajadores que demandan mejoras salariales, su empleador, la Associated Universities Inc. (AUI) instó a los operarios del radiotelescopio a reanudar el diálogo tras el quiebre con el sindicato.
A través de un comunicado, la organización reiteró su llamado al diálogo "para retomar las conversaciones, como parte del espíritu que nos ha caracterizado siempre y durante todo el proceso de negociación".
Lo anterior, luego que el sindicato -que reúne a 195 de los 270 trabajadores de ALMA- determinara el paro que afecta las operaciones del radiotelescopio -ubicado a más de 5.000 metros de altura en pleno desierto de Atacama-, un campamento base -a 3.200 metros de altitud- y sus oficinas en Santiago.
En el documento, el consorcio de universidades estadounidenses lamentó la situación que se vive en el norte de Chile "considerando los constantes esfuerzos que hemos realizado para dar las mejores condiciones laborales posibles a todos nuestros profesionales y manifestamos nuestra preocupación por la seguridad de las personas que se encuentran ocupando las instalaciones en estas condiciones".
Asimismo, aclaró que "dada la situación de huelga legal, y como corresponde de acuerdo a la ley, los contratos de los trabajadores se encuentran suspendidos".
"Esto impide a la empresa hacerse cargo de los riesgos propios de un contexto de falta de protocolos de seguridad, que en circunstancias normales nos permiten resguardarlos", agregó, recalcando que "debido a la ocupación ilegal de las instalaciones de ALMA, se están viendo vulnerados los protocolos de seguridad que caracterizan nuestro funcionamiento, exponiendo la seguridad e integridad de nuestros mismos trabajadores, respecto de lo cual no podemos hacernos cargo".
Por último, afirmó que "esta ocupación ilegal expone a todo el patrimonio científico que en él se encuentra a las posibles fallas que puedan ocurrir en el abastecimiento eléctrico, de agua potable y servicios en general".
Tras el quiebre de las negociaciones entre el sindicato y el consocio estadounidense, los trabajadores se tomaron las instalaciones del recinto científico. Desde el sindicato, en tanto, remarcan que la empresa pone en riesgo la situación, por seguir alimentando la turbina a gas de alimentación del observatorio.
Entre las exigencias de los trabajadores se incluyen un aumento del 15 por ciento en los salarios sobre el IPC, además de mejorar en las asignaciones especiales, justificado, según los empleados, por lo difícil que implica trabajar a cinco mil metros sobre el nivel del mar en pleno desierto de Atacama.
Víctor González, presidente del sindicato de trabajadores de ALMA explicó que "es una empresa privada norteamericana que no está dispuesta a negociar y a pactar las remuneraciones y condiciones laborales" por lo que "buscamos en nuestro proyecto de contrato colectivo las respuestas a nuestras demandas". Los 195 funcionarios denuncian que cuentan con un solo baño químico además de deficiencias en la alimentación.
Además, se quejan por las condiciones de su lugar donde se emplaza el observatorio y que fue escogido precisamente por su casi ausencia de humedad.