Numerosos pueblos ancestrales no habían tenido la oportunidad de convertirse en propietarios de sus tierras. El plan de entregar estas tierras como un patrimonio ancestral a las comunidades de la zona, busca hacer justicia a una demanda cuyos trámites llevaban más de una década.
Resulta sorprendente que comunidades que han vivido históricamente en esta zona, en pequeñas localidades que casi no han cambiado con el tiempo, no fueran propietarios de sus tierras.
Esta situación se revierte hoy y a través de la entrega de títulos de dominio gratuito, donde cientos de familias de emblemáticas localidades se convertirán en dueños de sus predios para poder invertir con tranquilidad en ellos y a la vez para que se convierta en un patrimonio que les permita seguir creciendo.
En total se entregaron 45 mil hectáreas y de aquí a fin de año se espera completar un total de 60 mil hectáreas.
Este traspaso histórico beneficiará a familias de las comunidades de Lasana, Chiu Chiu y Toconce, y posteriormente a habitantes de Atacama La Grande.
Con este ceremonia que presidió el ministro de Bienes Nacionales, Víctor Osorio, se hace justicia con numerosos pueblos originarios que por años han demandado sus tierras como suyas, pero que legalmente no estaban en su poder.
Después de diez años de tramitaciones se ha logrado el objetivo, y la tarea debe continuar en beneficio de lugareños que toda una vida de generación en generación han ocupado estas tierras.
Junto con ser un patrimonio ancestral, se les reconoce a ellos como pueblos indígenas con derechos, y de esta manera incluirlos como parte de nuestra nación.
El ser soberanos de esta tierras les abre muchas posibilidades y a la vez permite que puedan asentarse tranquilamente en estos predios, lo que podría ayudar a repoblar estas localidades que estaban quedando desiertas, principalmente las más apartadas.
En su mayoría se trata de campos de pastoreo y podrán ser administradas por los mismos pueblos junto con abrirle la oportunidad de postular a fondos del Gobierno y optar a mecanismos que ayuden a hacer más productivas esas tierras.
Creemos que este es un gran avance para estas comunidades, que se hace justicia a sus demandas, y lo importante ahora es que éstas puedan ser bien utilizadas y aprovechadas por las comunidades en su propio beneficio.