Gremios de los servicios establecidos en los principales balnearios del país manifiestan la necesidad de regular este sistema de alquileres para resguardar a los visitantes y evitar que sean víctimas de estafas.
La notoria baja de visitantes, especialmente de argentinos, que se calcula en 25% respecto del año pasado, ha provocado también disminución en los precios de los alojamientos informales (arriendo de viviendas particulares a veraneantes), aumentando la competencia con hoteles, hostales, residenciales y cabañas del sistema formal.
En la Región de Valparaíso, la gerenta de la Cámara Regional de Comercio y Turismo, Marcela Pastenes, señala que este es uno de los factores que han incidido en la caída de la ocupación hotelera, estimada en 61% respecto de 2018. Indica que los precios de los arriendos de departamentos, casas y hasta piezas han bajado en un 15% en Viña del Mar y Concón, debido a la disminución de turistas argentinos, mientras que en el Litoral de los Poetas, donde el 70% de las casas son segundas viviendas y potenciales alojamientos informales, el precio ha subido un 11% debido al auge que han tenido.
Para Laura Cerda, presidenta de la Cámara de Turismo de la Región de Coquimbo, "se trata de una competencia desleal, puesto que ellos no pagan impuestos y no mantienen un staff profesionalizado de servicios al turista".
Recordó que la baja de visitantes trasandinos en esa región ha oscilado entre el 25% y el 28%, según la zona.
En Valdivia, Pedro Perinetti, presidente del sector turístico del área, sostiene que el impacto de los alojamientos informales es fuerte. "Estamos en una guerra, dice, ya que ellos nos están ganando terreno, porque la gente está prefiriendo estas ofertas informales, con los riesgos que eso involucra". Con todo, el dirigente estima que en Valdivia existen entre 2 mil y 5 mil cabañas informales que se arriendan todo el año.
En Pucón, el alcalde Carlos Barra dice que el auge que ha tenido la oferta informal por alojamiento se debe "a un tema de precios, y eso nos tiene que llevar a buscar la forma de reaccionar". Al respecto, sostiene que el municipio ha iniciado un plan para normalizar este mercado, pero que "es un proceso lento que hacemos con prudencia".
En San Pedro de Atacama, Ada Aramayo, miembro de la directiva del gremio sectorial, asegura que una preocupación constante de este lo constituye la elevada tasa de alojamiento informal, con tarifas que representan hasta un 50% menos que los hospedajes formales. "Hay mucho alojamiento clandestino en San Pedro que nos perjudica. No atienden bien, hay robos a los turistas. Pero no hay nadie que se preocupe de controlar eso", agrega. Estos lugares de albergue superarían el centenar, comenta Aramayo.
Horacio Bóvolo, presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de Puerto Varas, plantea que los alojamientos informales son más bien ilegales. "Confunden al consumidor, quien no tiene respaldo de lo que está comprando, y no pagan patente", sostiene. El dirigente asegura que "vamos a dar pelea firme, porque es un verdadero desorden, riesgo para los pasajeros y elusión al fisco".
Aunque no tienen estudios acreditados, estima en unas mil las camas informales, es decir, cerca del 20% de las cerca de 5 mil que están formalizadas en ese destino.
En tanto, desde la Cámara de Osorno, su presidente, Horacio Carrasco, informa que en esa provincia se han catastrado 1.400 camas formales, de la hotelería que cumple la legislación, y se estima que las camas informales son unas 800, en un mercado que ha ido creciendo.
En Punta Arenas, la directora de la Asociación de Alojamientos Turísticos de Magallanes, Lilian Riquelme, dice que la competencia es fuerte y que se necesita una regulación. "Acá estamos entregando servicios bajo constantes fiscalizaciones y controles de un total de 158 establecimientos formales, entre hoteles, hostales, cabañas, contra otros 730 establecimientos que trabajan en la informalidad", afirma.
TARIFAS
Los arriendos de departamentosen los principales balnearios del país promedian los $50 mil diarios.