Extracción de litio en Chile ¿bendición o maldición?

Europa necesita autos eléctricos como eje de la transición energética. Sus baterías requieren litio, pero la minería genera problemas sociales y ambientales en países como Chile.

Envie este Recorte Version de impresion de este Reportaje Publicado el 28 de abril de 2018 Visto 306 veces

"Chilenos contra la privatización de la riqueza de la nación" o "Litio para Chile, no para Soquimich", dicen las pancartas de manifestantes en Santiago de Chile. La minera chilena Soquimich (Sociedad Química y Minera de Chile o SQM) es uno de los extractores de litio más grandes del mundo.

El litio es hoy una de las materias primas más codiciadas en el mercado mundial. No solo los autos eléctricos, sino también los portátiles y teléfonos celulares necesitan baterías de iones de litio. En consecuencia, la demanda mundial de litio se duplicaría en 2025, estima la Agencia Alemana de Recursos Minerales.

El metal ligero de color blanco plateado tiene una gran capacidad de calor y baja densidad, por lo que es ideal para baterías compactas y duraderas. Algunos ya están hablando del "oro o el petróleo blanco".

Estudiantes y sindicatos rechazan un acuerdo entre la Organización Chilena para el Desarrollo Económico (CORFO) y la empresa química SQM sobre la explotación de litio en 2030, que fue firmado a principios de este año. El gobierno chileno quiere aumentar la producción de litio y discute la posibilidad de producir baterías. El país suramericano busca acabar con la dependencia de las materias primas que exporta, pero cuyos productos finales no fabrica.

Extracción de litio no solo en manos privadas

"Para nosotros, el contrato es ilegal", dice Miguel Soto, presidente de la iniciativa "Litio para Chile", y agrega que el acuerdo firmado contradice la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción, "porque SQM es la compañía más corrupta del país".  

"Queremos  renacionalizar SQM, lo que no significa que las empresas privadas no puedan participar en la extracción de litio, pero el estado necesita tener el control", apunta Soto, miembro del sindicato industrial Constramet.

SQM fue una empresa estatal llamada Soquimich, privatizada durante la dictadura militar de Augusto Pinochet en la década de 1980. Desde entonces, gran parte de las acciones pertenecen a la familia del dictador fallecido. El hijo de Pinochet, Julio Ponce Lerou, se aseguró una tercera parte de SQM cuando la empresa fue privatizada. Hoy, según Forbes, Ponce Lerou es uno de los chilenos más adinerados. Aunque se supone que el millonario debe entregar la gestión con el nuevo acuerdo, seguirá siendo el principal accionista.

Consecuencias indeseables

El Salar de Atacama pertenece al llamado "triángulo de litio" entre Bolivia, Argentina y Chile. Un lugar que no solo atrae a turistas sino también a compañías químicas como SQM y Rockwood, de la estadounidense Albermarle. Se estima que en las profundidades de dicho lago salado se encuentran los depósitos de litio más grandes del mundo.

El litio es un metal alcalino que se obtiene en un proceso de evaporación. Para esto, el agua mineral subterránea se bombea hacia grandes piscinas. Bajo el sol del desierto se evapora, provocando que diferentes sales se asienten. Gracias a un proceso químico, esta solución salina se transforma en carbonato de litio.

El proceso de evaporación consume mucha agua. El nivel del agua subterránea está bajando en la región, los cursos fluviales y los humedales se están secando. En las comunidades de los alrededores, hay escasez de agua, la contaminación del suelo y el agua potable aumentan porque el agua residual no es tratada. Este no solo es un problema para la población residente, en su mayoría indígena, sino también para la flora y la fauna.

Pueblos indígenas no incluidos

Chile es el único país del mundo donde los recursos hídricos y la gestión del agua están totalmente en manos de particulares. SQM posee actualmente los derechos del agua en la región del Salar de Atacama, donde se extrae el litio.

"SQM se roba nuestra agua para extraer litio", se queja Ana Ramos, presidenta del Consejo de Pueblos Atacameños. El gobierno chileno está obligado por un acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo a garantizar la Protección de los Pueblos Indígenas y a tener en cuenta a la población afectada.

"No hay estudios sobre los efectos de la extracción de litio en el ecosistema", afirma, por su parte, Domingo Ruiz, bioquímico de la Universidad de Santiago. En dicho laboratorio se desarrollan baterías de iones. "Somos el mayor exportador de carbonato de litio. Exportamos materias, pero no fabricamos los productos”concluye Ruiz y advierte que "el gobierno chileno invierte muy poco en investigación y desarrollo tecnológico”.

Sophia Boddenberg (jov/vt)

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