Geoglifos de Chug-Chug vía Fundación Desierto de Atacama
El Sacrificador vía Fundación Desierto de Atacama
Geoglifos Chug-Chug vía Fundación Desierto de Atacama/Facebook
Geoglifos Chug-Chug vía BBC Mundo
Daños a los geoglifos debido a la ruta de Dakar, vía Fundación Desierto de Atacama
Es sabido que el desierto de Atacama, en el norte de nuestro país, es el más árido del mundo, y un lugar privilegiado para actividades como la minería o la observación astronómica. Pero sus senderos tienen más historias que contar que la de la explotación del salitre o el cobre. En las rutas que conectaban a Calama con Quillagua y la costa pacífica de Tocopilla, se pueden hallar señalizaciones que antiguos pobladores dejaron y que son testimonio de la milenaria tradición histórica y cultural de los geoglifos.
Chug-Chug es uno de los sitios de geoglifos más importantes del mundo, siendo el tercero más grande después de los geoglifos de Pintados en la Región de Tarapacá, y las líneas de Nazca en Perú. Se trata de más de 500 figuras con motivos geométricos, como rombos y círculos concéntricos, y figuras de camélidos, lagartos, aves, peces y motivos humanos.
¿Y qué son exactamente los geoglifos? Son un tipo de arte rupestre en el que se utiliza la superficie de la propia tierra como soporte para construir imágenes de gran tamaño y visibles a larga distancia. O sea, son verdaderos cuadros que podemos encontrar en el paisaje de campos, montañas y de nuestro desierto.
Otros lugares en los que esta curiosa y poco frecuente manifestación se puede hallar, son Gran Bretaña, Australia, Estados Unidos y la Península Arábiga, sin embargo destacan a nivel mundial los del desierto andino de Chile y Perú, siendo los más conocidos los de Nazca, que son Patrimonio de la Humanidad. Nuestro territorio, posee los más antiguos y la mayor densidad de estas representaciones en el planeta.
Pero tanto en Chile como en Perú existen cientos de otros sitios de geoglifos de similar valor patrimonial, que merecen atención y resguardo. Chug-Chug, en la comuna de María Elena, posee un amplio repertorio de imágenes que fueron realizadas con distintos tipos de técnicas, formas y grados de complejidad, con las cuales los pueblos prehispánicos lograron preservar parte de su historia y su complejidad social y cultural.
Los datos clave
¿Quiénes fueron los autores de los geoglifos Chug-Chug? Los antiguos atacameños y tarapaqueños costeros que se movilizaron por el Desierto de Atacama, que sacando tierra y dejando expuesta una capa de color más claro o agregando material sobre la tierra, formaban estas gigantescas figuras que miden entre 10 y 300 metros.
Estas expresan el imaginario ideológico y social de los antiguos viajeros de la zona y su tamaño es por la necesidad de hacer visibles los mensajes, ya sea en el suelo o desde grandes distancias.
Gonzalo Pimentel, Arqueólogo de la Universidad de Chile a cargo de su investigación, señaló a la BBC la importancia de su capacidad comunicacional: "Podemos imaginarnos el desierto como un gran libro abierto en el que los antiguos habitantes de la región dejaron plasmados sus mensajes, entonces los arqueólogos a través de su estudio buscamos comprenderlos".
Se estima que comenzaron alrededor del 1.000 a.C. y su mayor proliferación fue entre los años 900 y 1.450 d.C., aunque continuaron hasta avanzado el siglo XX. ¿Cómo duran tanto? El hecho de que hayan sido realizados en el desierto ayuda muchísimo a su conservación (la humedad es la peor enemiga de la conservación). Por eso, la actividad humana sería una de las peores enemigas de este patrimonio y que se está buscando regular… como es el caso del Rally Dakar.
¿Y cómo se busca protegerlas?
No es tarea fácil, y para ello la Fundación Desierto de Atacama trabaja en investigación, conservación y puesta en valor de los geoglifos del norte de Chile. El Parque Arqueológico Geoglifos de Chug-Chug es desarrollado desde el año 2014 por la Fundación junto a la Comunidad Indígena Territorial Aymara de Quillagua, la Comunidad Indígena Territorial Atacameña de Chunchuri y el Consejo Autónomo Ayllus sin Frontera, organizaciones sin fines de lucro de la Región de Antofagasta que forman la Mesa Intercultural Parque Arqueológico Chug-Chug.
Desafortunadamente, diversos factores amenazan esta relevante pieza de nuestro patrimonio, entre ellos los rallies como lo fue el Dakar 2010, y las construcciones mineras. Es por eso que la importancia de su conservación fue recientemente destacada por el Gobierno al galardonar al Parque Geoglifos de Chug-Chug con el Premio de Conservación de Monumentos Nacionales 2017 en la categoría “Proyectos” el pasado junio, quien encomendó al Ministerio de Bienes Nacionales la tarea de encontrar el mejor mecanismo para resguardar el área, ante el vacío legal que hoy existe para una adecuada protección.
Cabe destacar que la Fundación Desierto de Atacama presentó en enero del 2015 un expediente para que la zona de geoglifos de Chug-Chug sea declarada Bien Nacional Protegido (BNP), consiguiendo también que la zona arqueológica fuera incluida en la lista internacional de 50 sitios en peligro por World Monuments Watch.
Y fue el pasado 28 de agosto, en una actividad encabezada por la Ministra de Bienes Nacionales Nivia Palma Manríquez, que los geoglifos de Chug-Chug quedaron oficialmente a cargo de las comunidades indígenas Quillagua y Chunchuri, de Tocopilla, en una ceremonia de traspaso que contó con agradecimientos a la Madre Tierra, a las autoridades y a los miembros de pueblos originarios de la provincia. Esto significa que la zona de Chug Chug fue entregada en comodato, algo así como un contrato de préstamo de uso, a estas comunidades para su cuidado y supervigilancia.
¿Cómo llegar?
Si deseas visitar esta hermosa representación de la historia y cultura de los pueblos prehispánicos, debes saber que el Parque Chug-Chug se sitúa a 54 kilómetros de la oficina salitrera de María Elena y a 60km de la ciudad de Calama en la Región de Antofagasta y a 1.670 km al Norte de Santiago. Esto significa que si desde Calama tomas la Ruta 24 hasta Chuquicamata en dirección a Tocopilla, sólo debes tomar el desvío hacia Chug-Chug a la derecha en el kilómetro 19 y seguir durante 12 km por un camino de tierra.
La Fundación Desierto de Atacama ha diseñado un mirado temporal que permite descubrir geoglifos a una distancia panorámica, y así protegerlos de su creciente estado de degradación.
Además, realizan un tour gratuito y circuito turístico con aporte voluntario. Para más información sobre las visitas, puedes contactarlos vía mail a contacto@desiertoatacama.cl o llamar al +56 22229704.