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SQM está trabajando en su plan de extender su permanencia en el salar de Atacama, desde hace bastante tiempo.
Siempre, más mal que bien, se relacionaba con las comunidades aledañas al salar (Toconao, Camar, Talabre, Peine y Socaire) directamente a través de una gerencia. Con las otras localidades y organizaciones llamadas comunidades indígenas (OLCI) de la comuna de San Pedro el trato era más indirecto. O vía asociación indígena Consejo de Pueblos Atacameños (AiCPA). O a través de la municipalidad de Sandra Berna.
En todo caso las relaciones siempre han sido conflictivas, con recursos judiciales y enfrentamientos en tribunales.
Hoy, aunque subsisten algunos de estos enfrentamientos, las relaciones evidentemente están más aceitadas.
Acuerdo de SQM con Camar tensiona a comunidades
El 2018, al firmar SQM un nuevo convenio con CORFO, se produjo una crisis, ya que a diferencia del convenio entre Albemarle y las 18 comunidades, aquí la entrega de recursos, al menos en el papel, no sería directa a las cuentas de las organizaciones, sino que sería administrada por una entidad externa. Además, no se consideraba a la asociación indígena Consejo de Pueblos Atacameños (AiCPA) entre los beneficiarios.
La resistencia de las comunidades, que incluyeron una demanda y hasta una huelga de hambre que duró largas horas, llevó a un acumulamiento de esos recursos, que tenían a fines del año pasado una cuenta de CORFO de 45 millones de dólares a repartir.
Esto ha ocasionado otros conflictos, ya que en este convenio han ingresado otras comunidades aparte de las 18 “tradicionales”.
Dirigentes del Consejo de Pueblos Atacameños anunciaron huelga de hambre
Estos dineros ya están empezando a moverse, aunque desde la OLCI de Camar interpusieron un recurso de protección para modificar la distribución de esos recursos, ya que alegan que no hubo consulta indígena ante la firma de este convenio.
Este recurso fue acogido.
La sentencia, del 26 de agosto de 2022, indicaba que en cuanto a los dineros ya existentes en la cuenta de CORFO, se repartirían según los criterios establecidos. La consulta indígena se realizaría para definir la forma de repartija en el futuro. Este proceso de consulta está en proceso.
La discusión de fondo que pretende esta comunidad, y otras, es que ellos debieran recibir más dinero que una comunidad más lejana del salar. Obviamente esto va a generar conflictos en el cercano futuro entre las OLCI. Pero eso es tema para otra nota.
Si le interesa, puede descargar la sentencia AQUÍ>>
El convenio CORFO SQM, como el de Albemarle, contempla un porcentaje de las ventas a repartir entre estas organizaciones. Así que la torta está cada vez más apetitosa.
Solo este factor, de la cuantía de los recursos que reciben, podría hacer que las OLCI se pusieran de lado de SQM en su pretensión de renovar su contrato con el Estado.
Pero quizás las dirigencias también tengan claro que este superciclo va a ser de corta duración.
Una cosa está clara: Si se llega a hacer cargo del salar una Empresa Nacional del Litio, se ve difícil que mantenga en pie este convenio tan fructífero.
Pero SQM la pelea
Apenas el viernes 18 asistimos a una serie de movimientos mediáticos interesantes, desde la empresa el Mercurio. Por un lado pusieron en video al presidente del Consejo Minero, Joaquín Villarino, que mencionó el “extraordinario” aporte de SQM, además de urgir a que no se pierda tiempo en algo como la Empresa Nacional del Litio, ya que eso haría perder la oportunidad de sacarle el máximo partido a este inesperado aumento en el precio del litio.
Obviamente, no mencionó el tema del contrato de SQM, pero si no se quiere perder el tiempo, ¿cual seria la solución más obvia, sino renovarlo?
Además en el Mercurio impreso salió un artículo en la misma dirección, en el que sacaron al mismismo Eduardo Bitrán, para decir más o menos lo mismo. Recordemos que es este Bitrán que propició el actual acuerdo Corfo-SQM cuando era el mandamás de la organización estatal.
Aportes de SQM al Estado superan por lejos las trasferencias de la minera estatal Codelco
Pero al interior, la empresa se muestra más cauta: “es sabido que el gobierno y el proyecto de Constitución han puesto en discusión la creación de una Empresa Nacional del Litio, lo que puede considerarse como competencia directa a la administración que realiza SQM Salar SA de la actual concesión (en el Salar de Atacama), generando incertidumbre en continuar operando y si hacerlo sería una opción suficientemente competitiva en costos”.
Este texto forma parte de la respuesta negativa que se le dio al Sindicato Nº1 Interempresas de SQM que pidió, como vimos en la primera parte, entre muchas otras cosas, un aumento en los salarios.
SQM es por ahora la mayor compañía privada del país, en los primeros nueve meses del 2022 logró utilidades por US$ 2.755,3 millones, 10 veces más altas que las reportadas a igual lapso de 2021. Los ingresos de enero a septiembre del año llegaron a US$ 7.577 millones y el aporte al Fisco ascendió a US$ 3.600 millones, superando de esta forma lo entregado por Codelco al Estado en dicho lapso, que ascendió a US$ 2.606 millones. Y falta contar los tres meses finales. Así que habría que preguntarse porque no fluir recursos hacia el interior de la empresa como parece hacerlo hacia el medio atacameño.
Pero SQM también compartió una visión menos optimista de la situación del mercado del litio en un documento enviado a los sindicatos el 14 de noviembre pasado, lo que se explica por su interés en justificar alzas acotadas en los contratos colectivos de los supervisores.
En el documento enviado a los sindicatos se señala que “si bien hoy el litio (de SQM) goza de una posición aventajada, con el 21% de participación en el mercado, recordemos que es una situación que puede estar expuesta a cambios, especialmente en la medida que el resto de los competidores superen la inercia post Covid y comiencen a aumentar participación de mercado con nuevos proyectos de producción de litio”.
SQM admite presión competitiva por creación de la Empresa Nacional del Litio
Esa incertidumbre…
La incertidumbre sobre el futuro es un componente importante en las decisiones que debe tomar la compañía.
¿Realmente cree SQM en esas visiones o fue simplemente una manera de justificar una negativa de mejora de salarios y prestaciones a sus trabajadores?
Es lógico que una empresa que multiplica por diez sus ingresos entre en crisis, ya que este boom no va a durar. El punto no es si se va a acabar, sino cuando va a acabar.
Las proyecciones actuales (que pueden variar, ya que los llamados expertos en su mayoría son mas bien pitonisos bien pagados) hablan del 2027 como horizonte máximo de este ciclo.
Y una mayor producción implica mayores costos de inversión e incluso una reforma estructural en la organización, que quizás no pueda sostenerse después que pase este auge. Lo que explicaría porque SQM no quiere comprometerse en llevar los mayores ingresos a beneficios para sus empleados, que después no va a poder seguir sosteniendo. Pensando que tendrá harto que desmantelar dentro de siete años.
Si el contrato termina el 2030, quizás tampoco el desastre sea tan grande para SQM. Sobretodo si invierte estos mayores recursos en diversificarse y dejar de depender del salar de Atacama.
SQM planea comenzar a producir hidróxido de litio en China el 2T23
Por ahora, sigue la campaña de medios, que aunque pueda lucir impactante, es en realidad un gasto menor comparado con, por ejemplo, el aporte que deberán hacer a las organizaciones llamadas comunidades indígenas el próximo año.