Tras la reunión del Consejo de Pueblos Atacameños sostenida en La Moneda con la Ministra de Minería, Aurora Williams, y la Ministra de Desarrollo Social (s), Heidi Berner, por el convenio entre Corfo y SQM y que afecta gravemente a las comunidades originarias, Oriana Mora, representante de la Comunidad Atacameña de Peine, una de las 18 organizaciones que integran el organismo y que asistió a la reunión, conversó con El Ciudadano para narrar el cariz del encuentro, el ánimo con que salieron y cuáles son los caminos que van a tomar.
La dirigente narra que habían solicitado la reunión con la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, pero como no asistió, dejó mandatada a la Ministra de Minería, Aurora Williams. Sin embargo, “la respuesta que nos llegó por escrito para nada satisface lo que solicitamos, no da respuesta clara de nuestro petitorio”, sostiene pero agrega que insistirán en reunirse con ella, y si la gobernante les dice: “Miren, yo no voy a derogar esto”; se verán en la obligación de contestarle que ella, como máxima autoridad, “tiene una responsabilidad y estas serán las consecuencias, y en este caso será este gobierno y los que vengan los responsables de esta situación”.
Respecto a las manifestaciones que han realizado, incluso con huelga de hambre –que ya depusieron-, la representante de las personas lickanantay explica que las han hecho para mostrar su disconformidad con la situación. No obstante enfatiza: “hemos accedido al diálogo, porque creemos que es una manera de solucionar los problemas, y no queremos tomar acciones más radicales, pero si el gobierno no quiere escucharnos tenemos que ver cómo hacernos escuchar”.
Una de las exigencias más importantes del Consejo de Pueblos Atacameños es que “se derogue y se deje sin efecto este convenio”, añade Mora, sin embargo, la respuesta “no muy clara, fue que no era posible por todo lo que implica este convenio para el país”.
¿Cuáles fueron las razones para negarse a revisar el convenio entre Corfo y SQM?
Porque Corfo, el Ministerio de Minería y -me imagino también- la Presidenta (Bachelet), tienen una visión que es la misma que Eduardo Bitrán, Vicepresidente de Corfo, ha dado a conocer a la opinión pública que éste es el mejor convenio que se ha podido hacer en la historia. Por lo tanto, hay que explotar el Salar sí o sí. Bitrán ha dicho que es el momento que Chile tiene para poder posicionarse como uno de los principales productores de las materias primas de la electro movilidad, que en este caso es el litio y el cobre, y que los dos minerales salen de acá.
¿Qué le solicitaron a las ministras en la reunión?
Se les pidió a las dos ministras que nos hicieran de puente para llegar a la Presidenta porque queremos escucharla a ella si su visión es extractivista. Nosotros insistimos en que esta reunión se tiene que hacer con ella porque estamos hablando de la supervivencia de un pueblo indígena, y teniendo la respuesta de la Presidenta vamos a tomar una decisión como pueblo respecto a este territorio.
¿Y cuál será el beneficio para la zona o la región de este convenio?
Dentro de las cláusulas de este convenio se destinaría un buen porcentaje (económico) para la región, otra para los municipios donde está instalado SQM, teniendo el mayor porcentaje las comunas de San Pedro de Atacama, Calama y María Elena, y también contempla un porcentaje directo a las comunidades atacameñas.
Pero, ustedes no han pedido ni el convenio ni el acuerdo económico.
Nuestra postura va más allá de aumentar o de aceptar el porcentaje. Nosotros estamos hablando de un tema más profundo que tiene que ver con la propiedad ancestral del pueblo atacameño en el Salar de Atacama, donde tenemos derechos de agua al interior del Salar y derechos territoriales titulados en el borde. Esto tiene que ver con demandas y aspiraciones del pueblo indígena, del pueblo atacameño con respecto a su territorio, y el Salar de Atacama está dentro del territorio atacameño y lo que siempre se pidió -y se estaba regularizando pero no fue posible- era que el Estado pudiera avanzar en la titulación de nuestras tierras. Hoy sabemos cuáles son las razones que determinaron que eso no fuera posible… por todos los intereses económicos que hay en nuestra tierra.
Bitrán y su gesto de mala educación
Otra de las demandas del Consejo de Pueblos Atacameños es que el acuerdo Corfo-SQM se someta al proceso de Consulta Indígena bajo los estándares del Convenio 169 de la OIT. Esto porque consideran que Bitrán, días antes que se anunciara el convenio, se reunió con el Consejo tras sostener encuentros con otras comunidades por separado. Fue “un gesto de mala educación” y “de mala fe”, sostiene Oriana Mora quien argumenta que el mismo personero de Corfo reconoce que la organización que representa al pueblo atacameño es el Consejo, por lo tanto, no se sostiene el que haya tenido encuentros por separado, y aún más ofreciendo cierto porcentaje para las comunidades. “Lo que pasa es que Eduardo Bitrán cree que el beneficio es solamente en dinero, pero lo que estamos viendo nosotros es un tema de supervivencia de nuestro un pueblo”, sostiene la dirigente.
Cuando Bitrán llegó a la zona atacameña con la propuesta “le manifestamos que no era eso lo que estábamos buscando y que si el Estado buscaba llegar a un acuerdo de esta magnitud, tenía que habernos consultado para nosotros decidir qué hacer”, por lo tanto para Mora, todo lo establecido en el Convenio 169 “en este caso no se está respetando, porque se tiene que realizar antes de tomar medidas administrativas que nos pudieran afectar, como por ejemplo, este convenio Corfo-SQM”.
La representante de la comunidad de Peine indica que en la reunión sostenida en La Moneda, el Ministerio de Desarrollo Social explicó que no era necesario hacer la Consulta Indígena porque el convenio ya existía y esto era solo una modificación. “Pero para nosotros es un nuevo Convenio, porque cambia todo”, asegura Oriana Mora.
Conviviendo con la extracción
Oriana Mora explica que el ecosistema del Salar de Atacama está enfrentando una gran amenaza, y eso se verá reflejado también en la forma de vivir y en la cultura de las comunidades lickanantay del territorio. Aunque aclara que en el acuerdo aumentan las exigencias ambientales y también la entrega de información respecto a monitoreos, para ellos eso no es suficiente.
La dirigente se remonta a los años 80 cuando empezaron a convivir con la minería, y explica que si bien se pueden exigir ciertas cosas, existe una gran incertidumbre pues el acuerdo entre Corfo y SQM es nuevo, y por lo tanto, “corremos un riesgo muy alto como pueblo”, dice, y recuerda que desde que comenzó la explotación en el Salar de Atacama, comenzaron a haber cambios en las comunidades atacameñas. De hecho, retrata la situación en lo que vive su comunidad de Peine, cuando, con la minera, se comenzó a transformar en un campamento minero. “No es lo mismo vivir solamente quienes habitamos en la comunidad y que nos conocemos todos, con gente que llega a vivir con una población flotante y todo eso, hemos tenido que aprender a convivir para seguir existiendo como cultura”, expresa Mora.
Pero además del impacto social que han vivido, también han debido enfrentar los impactos medioambientales en el territorio, con disminución de vegas que se usaban para el pastoreo, y “nos vimos en la obligación de dejar de realizar esta actividad tradicional”, explica.